Gráficos: | 7.5 | Jugabilidad: | 8 |
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Sonido: | 9 | Diversión: | 8.5 |
La saga Project Zero (Fatal Frame en Japón) siempre ha sido un producto muy especial y muy querido entre los fans de los juegos de terror. A diferencia de títulos como Resident Evil o Dead Space, aquí no tendremos armas de fuego con las que dar rienda suelta a la acción y a la casquería descuartizando monstruos de todo tipo. Su propuesta va por otros derroteros, ya que lo que caracteriza a la serie es el hecho de tener que enfrentarnos a fantasmas usando una cámara de fotos. De las cuatro entregas numeradas que se han lanzado al mercado, Project Zero 2: Crimson Butterfly está considerada como la mejor y para muchos podría incluirse entre los mejores survival horror de todos los tiempos, por lo que el lanzamiento de esta Wii Edition se convierte en la excusa perfecta para revivir la terrorífica historia de la maldición de la mariposa carmesí.
Cuenta la leyenda que existe un pueblo en Japón que desapareció de un día para otro tras un festival, quedando sumido para siempre en la noche perpetua. Aquellos viajeros que se adentren y se pierdan en los bosques de los alrededores de donde una vez estuvo, acabarán encontrándolo y quedarán atrapados en una pesadilla de la que no podrán escapar. Y eso es precisamente lo que les pasará a las pobres gemelas Mayu y Mio Amakura, quienes tras perseguir a una mariposa carmesí acabarán adentrándose en la Aldea Perdida descrita por la leyenda, recayendo sobre nosotros el papel de sacarlas con vida de allí.
Algo que queda bastante patente desde el primer momento de juego lo encontramos en el marcado carácter japonés que desprende la obra, tanto por el aspecto de sus escenarios como por el tipo de terror que busca. Si habéis visto películas como The Ring, The Eye o La Maldición en sus versiones originales japonesas, os podréis hacer una idea aproximada de su propuesta. La historia se desarrolla lentamente, pero su guion es apasionante y sabrá tenernos en vilo desde el principio hasta el final, incitándonos constantemente a avanzar para descubrir los secretos que oculta esta aterradora aldea. En este sentido se ha respetado toda la narrativa, los sustos, los geniales golpes de efecto y los vídeos con los que contaba la versión original, aunque se ha incluido como novedad un nuevo final que se suma a los ya existentes.
En cuanto a su jugabilidad, el cambio más importante que se ha realizado lo veremos nada más comencemos a movernos. Mientras que en PlayStation 2 y Xbox se usaba un sistema de cámaras fijas, al igual que las entregas clásicas de Resident Evil, en Wii nos encontramos con una cámara situada a la espalda de nuestra protagonista muy parecida a la que se pudo disfrutar en Fatal Frame 4. Esto nos acerca mucho más a la acción y adapta el juego para que los controles con Wiimote y Nunchuk sean más accesibles. Además, esto también consigue restarnos visibilidad, ya que la cámara se sitúa muy cerca de nuestra protagonista, consiguiendo aumentar en cierta medida la sensación de agobio y tensión a la hora de girar una esquina o enfrentarnos a los fantasmas.
Por desgracia, los controles han sufrido el paso del tiempo más de lo deseable y manejar a Mio puede llegar a ser todo un suplicio hoy en día. El personaje se mueve de forma bastante lenta, ortopédica y realizando giros sobre su propio eje. Ya que se ha retocado todo para adaptarlo a la nueva cámara, los controles podrían haberse revisado, pero no es el caso. Además, algunas características de su control tampoco nos han parecido las más ideales, como tener que realizar giros de 180º agitando fuertemente el Wiimote. En este sentido también echamos de menos la opción de poder jugar con mando clásico, ya que no se ha incluido y probablemente para muchos hubiera sido una opción de control más cómoda.
Terror a la japonesa
Algo que queda bastante patente desde el primer momento de juego lo encontramos en el marcado carácter japonés que desprende la obra, tanto por el aspecto de sus escenarios como por el tipo de terror que busca. Si habéis visto películas como The Ring, The Eye o La Maldición en sus versiones originales japonesas, os podréis hacer una idea aproximada de su propuesta. La historia se desarrolla lentamente, pero su guion es apasionante y sabrá tenernos en vilo desde el principio hasta el final, incitándonos constantemente a avanzar para descubrir los secretos que oculta esta aterradora aldea. En este sentido se ha respetado toda la narrativa, los sustos, los geniales golpes de efecto y los vídeos con los que contaba la versión original, aunque se ha incluido como novedad un nuevo final que se suma a los ya existentes.
En cuanto a su jugabilidad, el cambio más importante que se ha realizado lo veremos nada más comencemos a movernos. Mientras que en PlayStation 2 y Xbox se usaba un sistema de cámaras fijas, al igual que las entregas clásicas de Resident Evil, en Wii nos encontramos con una cámara situada a la espalda de nuestra protagonista muy parecida a la que se pudo disfrutar en Fatal Frame 4. Esto nos acerca mucho más a la acción y adapta el juego para que los controles con Wiimote y Nunchuk sean más accesibles. Además, esto también consigue restarnos visibilidad, ya que la cámara se sitúa muy cerca de nuestra protagonista, consiguiendo aumentar en cierta medida la sensación de agobio y tensión a la hora de girar una esquina o enfrentarnos a los fantasmas.
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